Crisis de ansiedad: qué hacer cuando sientes que todo se desborda

Una crisis de ansiedad puede sentirse como si perdieras el control: respiración acelerada, palpitaciones fuertes, mareo, sensación de ahogo o de que “algo malo” está por ocurrir. Si alguna vez lo has vivido, sabes lo intenso y atemorizante que puede ser.

La buena noticia es que una crisis de ansiedad no es peligrosa, aunque se sienta así, y hay formas efectivas de manejarla y recuperar la calma. En este artículo te explico por qué ocurre, qué hacer en el momento y cómo prevenir futuras crisis.

¿Qué es una crisis de ansiedad?

Una crisis de ansiedad (o ataque de pánico) es una respuesta intensa del sistema nervioso frente a una percepción de amenaza —real o no— que activa el modo “alarma” del cuerpo.

Durante la crisis, el organismo libera adrenalina y otras hormonas de estrés, preparándote para “luchar o huir”, aunque no exista un peligro real. Esto provoca síntomas físicos y mentales muy intensos.

Síntomas más comunes de una crisis de ansiedad

• Aceleración del ritmo cardíaco (palpitaciones).

• Dificultad para respirar o sensación de ahogo.

• Sudoración, temblores o mareo.

• Sensación de perder el control o volverse “loca/o”.

• Náuseas, dolor de pecho o tensión muscular.

• Entumecimiento en manos o cara.

• Miedo intenso a morir o a desmayarse.

Importante: aunque los síntomas pueden parecerse a los de un infarto, las crisis de ansiedad no representan un riesgo físico real. Sin embargo, si tienes dudas médicas, siempre es recomendable acudir a urgencias. 

Qué hacer durante una crisis de ansiedad (paso a paso)

1.  Recuerda: no estás en peligro

La ansiedad te hace sentir que algo malo va a pasar, pero la crisis no es peligrosa. Repetirte mentalmente frases como “esto va a pasar” o “estoy a salvo” puede ayudarte a mantenerte conectada con la realidad.

2.  Regula la respiración

La hiperventilación alimenta la crisis. Intenta este ejercicio sencillo:

• Inhala por la nariz durante 4 segundos.

• Sostén el aire por 2 segundos.

• Exhala lentamente por la boca durante 6 segundos.

• Repite durante 1 o 2 minutos.

Este tipo de respiración activa el sistema nervioso parasimpático, que ayuda a calmar la respuesta de alarma.

3.  Enfócate en el presente (técnica 5-4-3-2-1)

Una de las estrategias más efectivas para reducir la intensidad de la crisis es anclarte a lo que te rodea:

• 5 cosas que ves

• 4 cosas que puedes tocar

• 3 cosas que puedes oír

• 2 cosas que puedes oler

• 1 cosa que puedes saborear

Este ejercicio desvía la atención del miedo hacia tu entorno real, ayudándote a estabilizarte.

4. No luches contra la crisis: acompáñala

Intentar “frenarla” a la fuerza suele intensificarla. En lugar de resistirte, acepta que estás teniendo una crisis de ansiedad y que, aunque incómoda, pasará. Las crisis suelen alcanzar su punto máximo entre 5 y 15 minutos y luego disminuyen.

5.  Busca apoyo si lo necesitas

Si te sientes abrumada/o, llama a alguien de confianza o acude a un lugar tranquilo donde puedas sentirte segura/o. A veces, no estar sola/o marca la diferencia.

Después de la crisis: cómo cuidar tu salud emocional

Una vez que la crisis haya pasado, es importante no minimizar lo que ocurrió. El malestar fue real y tu cuerpo necesita volver a un estado de calma. Algunas recomendaciones:

• Descansa y date espacio para recuperarte.

• Evita juzgarte por lo ocurrido.

• Identifica si hubo algún desencadenante.

• Realiza actividades relajantes (caminar, ducharte, música suave, escribir).

• Busca acompañamiento profesional si las crisis se repiten con frecuencia.

Cómo prevenir futuras crisis de ansiedad

Aunque no siempre se pueden evitar por completo, sí es posible reducir su frecuencia e intensidad con hábitos saludables y herramientas psicológicas.

1. Técnicas de relajación y respiración diaria

Practicar ejercicios respiratorios o meditación incluso en momentos tranquilos entrena tu sistema nervioso para responder con más calma ante el estrés.

2. Identificar y gestionar desencadenantes

Aprender a reconocer situaciones, pensamientos o patrones que activan la ansiedad es clave para anticiparte y aplicar recursos de afrontamiento.

3. Hablar sobre lo que sientes

La ansiedad crece en silencio. Compartir lo que te ocurre con un profesional o con personas de confianza libera tensión emocional y disminuye el aislamiento.

4. Psicoterapia y herramientas emocionales

Un acompañamiento psicológico te permite comprender la raíz de tu ansiedad, desarrollar estrategias personalizadas y retomar el control de tu bienestar.

Cuándo buscar ayuda profesional

Si las crisis de ansiedad se repiten con frecuencia, limitan tu vida diaria o generan miedo constante a que vuelvan a ocurrir, podrías estar enfrentando un trastorno de pánico o trastorno de ansiedad generalizada.

En estos casos, la terapia psicológica puede marcar una gran diferencia:

• Te ayuda a comprender el ciclo de la ansiedad.

• Te enseña técnicas efectivas para manejar las crisis.

• Disminuye el miedo anticipatorio.

• Mejora tu calidad de vida.

Si estás experimentando crisis de ansiedad, no tienes que enfrentarlas sola/o. Puedo acompañarte en este proceso para que recuperes tranquilidad y confianza en ti misma/o.

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